ARTÍCULO REFLEXIÓN

PIENSA



Por Chema Maroto.



Estamos en la era de las experiencias. La evolución tecnológica, intelectual y cultural del ser humano, ha provocado que las formas de relacionarnos, de comer, de disfrutar de nuestro tiempo, de hacer negocios, de trabajar estén muy orientadas a desarrollarnos como personas.




Asuntos como ser feliz, sentirte desarrolladx tener un ambiente emocional confortable, sentirte queridx, sentirte igual son pilares elementales en nuestra vida y por lo tanto imprescindibles a la hora de decidir lo que hacemos y por su puesto, dónde y cómo trabajamos.




Son numerosas, ya no se como llamarlas, quejas, sugerencias, voces en el cielo, deseos, lamentos… me atrevería a decir que casi todos los líderes de equipos, de área o departamentos, de empresas u organizaciones están buscando la fórmula de crear un ambiente de trabajo, una forma de trabajar más motivadora, pero es que lo más curioso es, la gran mayoría de las personas que están participando bien sea como socixs, proveedorxs, colaboradorxs o empleadxs también están buscando un sitio que les motive y un trabajo con el que puedan levantarse todos los días deseando ir a trabajar. Por lo tanto el momento es ahora, estamos justo en el momento donde tanto la oferta cómo la demanda se unen al unísono pidiendo un cambio.




Después de años explorando los mundos empresariales en busca del éxito me encontré con dos fórmulas mágicas, que son clave para el desarrollo de las empresas y de los profesionales que quieren trabajar en ellas. Ahí van, la Motivación es el resultado de multiplicar la Emoción con la Acción y la otra, el Beneficio es el resultado de multiplicar la Calidad por la Actitud. En las dos formulas además de un factor técnico y concreto como es la Acción para la Motivación y la Calidad para el Beneficio, sin embargo aparecen también la Emoción y la Actitud. Son estos dos últimos factores elementos que salen de los más adentro de nuestro ser y que son propiedad del ser humano, de las personas, no del negocio, la empresa, el producto o el servicio, las emociones y la actitud de cada uno son elementos que se activan exclusivamente desde el corazón de cada persona. Venimos de un modelo de organización y de gestión en nuestras empresas orientados fundamentalmente a la productividad, el modelo  que ayudó a salir con éxito de la revolución industrial, si ya hace un siglo de aquello. Ahora, estamos en la era de las experiencias, y ¿las experiencias que son? Resumiéndolo mucho, son trabajos hechos con emoción, para que generen emoción, es decir, para construir y desarrollar cosas que nos sirvan y que también nos enamoren.




El propósito es entonces la manera de meterle emoción a nuestra hoja de ruta, ya sea personal, profesional o empresarial. El propósito tiene la capacidad de planes más racionales, para que juntos, obtener nuevos resultados, resultados más orientados al progreso con sentimientos, ya no es solo una cena, es una cena que emociona, ya no es solo ir a trabajar, es ir al trabajo que me flipa, ya no es solo tener una empresa, es vivir tu sueño. Las personas de hoy necesitan acompañar a sus sueños y a sus vidas diarias más emoción, si las empresas las componen las personas, entonces también las empresas tienen que completarse con más emoción. Tengamos en cuenta una cosa, las empresas, los negocios, los proyectos siguen necesitando hacer trabajos y tareas mecánicas orientadas a la producción, pero esta parte ya se la llevarán las personas sin cerebro, sin corazón que llevan tiempo introduciéndose de manera silenciosa en la industria que son los robots.




Las empresas necesitan Actitud para completar su fórmula de Beneficio y sobre todo necesitan Emoción para conseguir la fórmula de la Motivación. Como conclusión de este número de SherpaZine orientado en su totalidad a mostrar las diferentes formas del propósito y cómo ya hay empresas, proyectos y profesionales que están consiguiendo resultados increíbles por encima de sus pensamientos gracias a la aplicación de este componente emocional en sus aspiraciones, sueños, trabajos y pensamientos. El propósito es el componente fundamental para la #EmpresaDelFuturo, sin este componente abstracto sacado del corazón de las personas las empresas y los puestos de trabajo seguirán aportando al mercado lo mismo que ya se buscaba en 1920, pero hoy ese resultado no es suficiente. La Era de las Experiencias demanda una cultura empresarial renovada orientada a definir y construir nuevos y buenos propósitos ¿y tú, ya sabes como crear un propósito para ti o para tu empresa?”